Puede que éste no sea un lugar de muchas palabras, pero sin duda será un lugar de mucho significado.

martes, 2 de noviembre de 2010

El retrato de la soledad

Tenía el cuarto lleno de fotos. Según decía, le hacían sentirse acompañado. Era como tener presente a aquellas personas que estaban lejos. Pero lo cierto era que las fotos eran bastante antiguas, y que la mayoría de la gente que actualmente le importaba no aparecía en dichas fotos.

Las caras se mostraban felices. Las miraba y parecían buenos momentos. Distinguió alguna que escondía compasión en sus ojos, lo que le despertó curiosidad. Las expresiones en su cabeza se empezaron a distorsionar y ahora todas se venían abajo, con la impresión de que reflejaban asco, aburrimiento y pena. La habitación parecía teñirse de negro, se le caía encima. De repente las fotos carecían de sentido. Al fin y al cabo, se decía, no hay nadie aquí, con quien hablar, con quien contar, a quien llorar. La pared empezó a parecerle aburridísima, tristísima, deprimente. Necesitaba un cambio.

Y sin más, comenzó a descolgar las fotos. Una a una, con paciencia. Se iba librando de pequeñas cargas conforme se desprendía de ellas. Cuando la pared quedó totalmente limpia, la habitación quedó mucho más vacía. Nada más lejos de la realidad, pues allí siempre había estado sólo.

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