Puede que éste no sea un lugar de muchas palabras, pero sin duda será un lugar de mucho significado.

domingo, 16 de mayo de 2010

Fecha de salida


Fecha del vuelo: 1 de Junio.

Mientras la pantalla reflejaba la fecha final de mi aventura, una sensación de derrota acompañaba a la voz de mi madre en los auriculares.

- Niño, ¿Has comprado ya el vuelo?

Era definitivo, abandonaba la gran ciudad. Todo lo que ésta me había proporcionado ya me había sido arrebatado hacía bastante tiempo. Todo quedaría en el recuerdo, atrás una vez mi avión despegara.

- Sí, mamá, el uno de Junio ¡Estoy volando!

Excitación. Vería de nuevo a todos mis amigos, compañeros de mi vida en un momento u otro, volvería a hacer cosas que ya casi había olvidado y que eran mi vida tiempo ha, empezaría nuevos proyectos que sin duda me traerían mucha ilusión. Una nueva etapa comenzaría.

"Al final, todo vuelve a su lugar y nada cambia", pensé. Somos como los juguetes de material elástico, podemos llegar a ocupar mucho en el espacio, estirarnos y moldearnos a nuestro antojo, pero siempre, tras la falta de ganas, nuestro cuerpo volverá a su forma original, si bien con más mierda proveniente de nuestras manos y los lugares donde hayamos estado usando nuestro juguete, pero siendo lo mismo de nuevo.

No me sentía triste, sin embargo. Esta reflexión me aseguraba que siempre tendría algo que me acompañaría. Mi propio ser. Parece triste, o conformista, simple e insípido, pero hace mucho tiempo que aprendí a ver la belleza y lo especial de mi circunstancia personal.

Volvería a casa. Dejaría Londres, una ciudad que siempre estará en mi corazón. Como me dijo una amiga, algún día volvería, a solucionar algo que, si bien no sé lo que es, es vital para mi ser. Algún día, volveré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario