Puede que éste no sea un lugar de muchas palabras, pero sin duda será un lugar de mucho significado.

martes, 28 de septiembre de 2010

Otoño sombrío

Con el caer de las hojas de los árboles, el otoño decidía dar un poco más de tiempo a aquello que siempre había esperado. Se daba cuenta de que no iba en la dirección correcta, pues buscaba vida en las hojas secas. No eran el fallo las hojas, sino la forma en que él mismo las azotaba, al viento frío tan característico de la estación. De cualquier forma, poco podía hacer el otoño para avivar las tristes hojas. Ahora se fijaba en el tronco de los árboles. Éstos eran los que verdaderamente se adentraban en la tierra, crecían allí dentro y se nutrían de ésta. Eran duros, resistentes. El único problema es que resulta difícil para nuestro otoño llegar a importarle a éstos, que ni siquiera se inmutan ante una tormenta. Por eso todos los años, sin falta, vemos como de nuevo vuelven el frío y el mal tiempo, tratando de llamar la atención a esos troncos para perpetuar el rastro de vida que llenaba el paisaje durante el cálido verano.

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