Puede que éste no sea un lugar de muchas palabras, pero sin duda será un lugar de mucho significado.

sábado, 2 de octubre de 2010

Caído del Cielo

Hace tiempo, un día cualquiera, divisé un objeto que me llamó la atención. Alguien lo llevaba a modo de colgante. Era elegante, con adornos sutiles y el brillo de la plata. El tiempo pasó y a mí se me ocurrió la locura de imaginar su sonido. Me resultaba familiar, de alguna forma, aunque no lo hubiera oído antes. Tenía un tono trascendente, profundo, como venido del más allá.

Meses después me daba la impresión de que sólo había estado soñando con dicho objeto, de que todo había sido una invención mía. Era algo preciado para mí, un sueño que partía de mí.

Sin embargo, el azar quiso que se me oyera hablar de mi objeto en lugares celestiales, que se escuchara mi rezo. Aún recuerdo cómo, sin venir a cuento, cuando menos lo esperaba, justo como dicen que ocurre el amor, recibí en mis propias manos el objeto que un día cualquiera inventé.

Su nombre: Llamador de Ángeles.

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