No recuerdo cuándo, cómo, ni dónde empezamos
solo sé que si tú no hubieses un día llegado
no estaría aquí, en mi cuarto, amargado, sentado
pero ya es tarde, pringado, no pienso echarle culpas a nadie
en serio, aquí sólo me echo culpas a mí
por no haber sido capaz de entender
que si yo quiero algo es a mí, mi ser
el único al que se lo puedo pedir
sin embargo aquí estoy, sentado, empujado sin remedio hacia atrás
sin remedio, sí, en contra de mi gran voluntad
si quieres algo, sólo tienes que pedirlo y verás
que no hay nunca malos ni buenos, sólo estúpidos que dan
sigo andando, en contra de esa fuerza espectral
es fuerte, pero sabe que nunca parará
mis ganas, porque ganas nunca me faltarán
y así, a paso de tortuga sigo las huellas ya, de mi gran final.
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