Tras dar los últimos coletazos, parece que va siendo hora de pasar página. Fue bonito mientras duró. Perdurarás para siempre en este pequeño rincón. Y qué mejor forma, que con un pequeño texto.
Volverás a contarme que me has soñado. Entre nubes de acuarela, entre días soleados. Volverás, y lo harás cambiado. Pero siempre acompañado. Pero siempre acompañado. Dirás que no me quieres y yo, me haré a un lado. Y cuando sientas que has fallado, volverás, mi cielo, a contarme que has soñado!
Mira que son tonterías. Y mira que algunas son estúpidas. Sin embargo, cuando faltan, las necesitamos.
Y esto no es más que una lección más de la vida. Por muy poco que tenga, tengo todo lo necesario para hacerme feliz. Y por eso obro, por eso obraré la mañana de mañana.
La ciudad que todo te lo da y todo te lo quita. Nunca podré dejar de pensar en lo que me dio y que igualmente me quitó. Nunca podré dejar de pensar en aquello que se quedó y que puede que me siga esperando.
Por eso quiero hacer este viaje. Quiero volver a estar en contacto con el año que más rápido he vivido. Quiero volver a sentir ese ritmo, envolverme en él y hacerlo mío de nuevo.
Dentro de mí, todavía no lo entiendo. Intento ver que todavía sigo siendo inmaduro, y más aún cuando aquello sucedió, que me dejé llevar, que no supe lidiar con la situación. Que vi lo que tenía delante mía como la salvación, y no como una piedra lisa todavía por esculpir. Sin embargo, al echar mano de las pruebas que tengo de que aquello fue real, no logro ver la parte que no funcionó. Realmente eran uno más uno.
No consigo ver que el resultado de la suma no era más que mi propia transformación. Que yo mismo te convertí en mi única excepción.
And just when I thought I was actually growing older, there I had two beautiful pair of arms pulling me back to the years I didn't have the chance to enjoy when making decisions was something you used to hear but never cared about.
Two beautiful pair of arms. Back to fifteen. Time to live.
La tranquilidad de un sencillo abrir de lunas consigue que con cada paso que doy me sienta más a gusto. El sosiego de Barbate me relaja. Es como si un millón de delicados pétalos cayeran sobre mi espalda acariciándola y haciéndome dejar escapar un mudo gemido.
Se respira tierra mojada. La luz de los pocos coches que pasan deja tras de sí una estela del rodar de sus ruedas que me invita a seguir caminando. Las calles no están muy iluminadas, el cielo está gris y esto deja un ambiente de quietud con el que todos los años alguna vez sueño.
Sueño que no es más que la realidad, vivida con tal intensidad que se desvanece tan pronto como un segundo se convierte en el siguiente.
Tantas cosas se te vienen a la cabeza, tantos recuerdos, tantas imágenes. La noche se cubrió mágicamente de un frío muy parecido al que vivíamos cuando sólo nos separaban unos cuantos bloques. Volvieron las mismas bromas, y hasta las mismas manías. Parecía que no nos habíamos ido nunca.
Y sin embargo, habían pasado ya tres años desde que nos separamos.
En la ducha, las canciones que tiempo ha te dediqué han vuelto a sonar. Les tengo especial cariño, me recuerdan algo que sólo he vivido una vez, y por tanto es único. Parece mentira, pero ahora todo está muy en el pasado. Por eso, el acto de reminiscencia me ha hecho pensar que quizás todavía pueda sacar algo en claro de aquello. Ya no visito su facebook, no escribo estupideces en internet ni te canto letras de despecho. Todo ha cambiado. No hay un "tú y yo". Volvemos a estar desvinculados.
Por eso, al escuchar las canciones he sentido placer, alegría, satisfacción de haber vivido todo, lo bueno y lo malo. Por eso, a día de hoy, me alegro de que te hayas cruzado en mi vida.
Hace tiempo, un día cualquiera, divisé un objeto que me llamó la atención. Alguien lo llevaba a modo de colgante. Era elegante, con adornos sutiles y el brillo de la plata. El tiempo pasó y a mí se me ocurrió la locura de imaginar su sonido. Me resultaba familiar, de alguna forma, aunque no lo hubiera oído antes. Tenía un tono trascendente, profundo, como venido del más allá.
Meses después me daba la impresión de que sólo había estado soñando con dicho objeto, de que todo había sido una invención mía. Era algo preciado para mí, un sueño que partía de mí.
Sin embargo, el azar quiso que se me oyera hablar de mi objeto en lugares celestiales, que se escuchara mi rezo. Aún recuerdo cómo, sin venir a cuento, cuando menos lo esperaba, justo como dicen que ocurre el amor, recibí en mis propias manos el objeto que un día cualquiera inventé.
"Vaya, parece que fue ayer y ya cumples años!! Quiero decirte que es un placer verte crecer, a mi lado. Hemos vencido ya muchos obstáculos, y siento que tenemos la fuerza para combatir todo lo que se nos venga encima.
Tengo algo que confesarte... un regalo muy especial que darte. En nuestros primeros días, pensaba en ti constantemente (no es que ahora no lo haga, pero sabes que no es lo mismo). Además, no sé si sería cosa del destino o mi tontería, todos los días veía cosas que me hacían recordarte. Un día, con una compañera de Gil-lo, acabamos yendo de compras, y en una tienda vi un bolso GOLA. Ya sabía cuánto te gustaban. El precio era muy bueno, y el bolso era bonito, así que decidí comprarlo, por si acaso, para tener una sorpresa para ti. Pensé que si Silvia te regalaba el bolso que te prometió, mi regalo se iría al garete, y también pensé que podía pasar cualquier cosa antes de que llegara tu cumpleaños, pero si algo pasaba y no podía dártelo, era un bolso bonito, así que lo usaría yo. Al final todo ha salido bien, y hoy puedo darte el bolso que tanto tiempo he estado guardando.
No sé qué más decirte. Sabes que eres mi sol, y que con sólo ver tu sonrisa me olvido de todo.
¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!"
Si siguieras a mi lado, hoy habría sido un día muy especial.
Parecen sueños cada vez que recuerdo algún momento que pasé en la Gran Manzana. La calle 42, los musicales, la simpatiquísima dependienta negra del Body Shop, la comida en el restaurante americano, la fiesta en el ático del hotel Rivington, las compras en Nueva Jersey... son todos breves recuerdos de lo que significó mi primer encuentro con la ciudad de los sueños.
Es cierto que con este tipo de cosas sucede que dos autores deciden escribir sobre algo y acaba convirtiéndose en mito, en una cosa sobrevalorada, en paja que se traga el ganado. Es cierto, lo admito. Sea como sea, yo, que me considero fuera de ese ganado, con voluntad y mente crítica autosuficientes, siento algo especial por la ciudad, sin poder explicarlo, casi culpándome por haberme dejado llevar por los cuentos de hadas. Admiro la ciudad, lo que ocurre en ella. Sueño con vivir allí, hacerla mía.
No sé si dejándome llevar por lo que dijeron otros o por lo que yo mismo sentía, esta noche la ciudad de las posibilidades ha conseguido arrancarme una de mis pocas lágrimas sólo de pensar en ella.
(Cara estirada, como afectada por la velocidad)...
... y muchas cosas más que mi memoria no me permite revivir. Como siempre haces de cada visita una experiencia. Y eso demuestra que este año promete demasiado a tu lado.
Por fin veía a esas personas que en su día fueron mis amigos. 7 años habían pasado, pero parecía que era ayer. No habían cambiado lo más mínimo, si bien no había un ápice de confianza entre nosotros. El encuentro fue bien, nervios y ganas, sin embargo, sentía que estaba decepcionando en todo momento.
Al fin y al cabo este soy yo, cada vez más yo, mostrando mi esencia cada vez más. Creo que puedo enseñarles a amarme si tienen ganas y eso les proporcionaría mucho para sus vidas.
No puedo sino permanecer en la cama. No quiero terminar de hacer las maletas, dirigirme al aeropuerto, coger el avión. No quiero llegar a casa, a mi nuevo cuarto, tener que acostumbrarme de nuevo a mi vida normal......
Movido siempre por impulsos, dejando que las cosas pasen y viviéndolas como vienen. No es una mala forma de vivir. Más bien es bastante apropiada. Sin embargo, hay veces en que uno se pregunta qué pasaría si se decidiera a seguir sus sueños por una vez.