Puede que éste no sea un lugar de muchas palabras, pero sin duda será un lugar de mucho significado.
jueves, 1 de abril de 2010
Confianza
No podemos arrojarnos por un precipicio de buenas a primeras. Debemos ir palpando primero. Con un pie, pasamos el filo y descubrimos que no hay nada sólido debajo. Acercamos dicho pie a la pared y vemos que ésta desciende. Nos arrodillamos y ésta vez tocamos la tierra con las manos. Llegamos a sentarnos y dejamos caer nuestras piernas a ver si tocamos algo. Encontramos un pequeño saliente y depositamos un pie sobre éste. Damos la vuelta cuidadosamente y nos dejamos caer un poco apoyándonos con las manos. Encontramos otro saliente y apoyamos el segundo pie. Ahora buscamos con una mano una zona más baja donde apoyarse y al encontrarla repetimos la misma operación con la otra mano. Es momento entonces de dar otro paso más abajo. Y así consecutivamente hasta llegar al suelo, para andar sobre terreno seguro.
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