Comprendo su situación, tal como le dije. La comodidad de tener pareja te sitúa en una posición social envidiada, se siente bien allá arriba. Gozas de más libertad, tienes más poder, y más felicidad. Además, también está el haber encontrado a alguien "especial", el sentirse correspondido y amar, que ocurre pocas veces y a menudo invade el miedo a no volver a encontrarlo jamás.
Sin embargo, hay ocasiones en las que tener a alguien conlleva más sacrificio que beneficio. Es en ese momento en el que surge la diatriba de mi amigo. ¿Dejarlo y ser libre o no dejarlo y conformarte con lo malo conocido? Ciertamente es difícil decidir. El corazón nos dice déjalo, la sociedad nos obliga a no hacerlo. Al principio todos creen que es pasajero y por eso aguantan unos meses hasta que se convencen de que no están sacando nada en claro de la relación que tienen. Aquellos que lo dejan afirman que hacía tiempo que su relación no merecía la pena. El resto nunca afirmará que ahora ya son infelices.
Y al parecer ocurre más a menudo de lo que parece...
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