Eran las 13:02. Al abrir los ojos le sorprendió el amarillo de un lirio en la mesita de noche. Dejó escapar una sonrisa: "qué lindo es este chico". Las sábanas, blanco deslumbrante, envolvían el cuerpo de la mujer entre arrugas. La noche había merecido la pena. Casi sin pensar, las agarró con fuerza e inspiró profundamente. Esperaba encontrar el olor de su hombre de la noche anterior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario