Puede que éste no sea un lugar de muchas palabras, pero sin duda será un lugar de mucho significado.

viernes, 4 de febrero de 2011

Sexo y otras enfermedades

Cuando se va al cine a ver una comedia romántica, uno sabe a lo que va. Ésta en concreto, ofrece lo que se busca desde el primer momento: caras bonitas y morbo.

'Amor y Otras Drogas' ha demostrado ser una buena comedia romántica. Tiene humor y tiene, aunque de forma más discutible, amor. Además, tiene lo que hemos mencionado antes, y que te deja sin ganas de apartar la vista de la pantalla. El dúo Anne Hathaway y Jake Gylenhaal, Jake Gylenhaal, Jake Gylenhaal, forma una pareja con tan pocos defectos que dan ganas de darse un chocazo contra la pared o cortarse las venas. Algo, por cierto, demasiado idílico incluso para una comedia romántica. Y si encima nos los ponen en situaciones que rozan lo vulgar y lo cinematográficamente ordinario, pero asquerosamente apetecible, como son escenas de sexo duro y cuerpos desnudos, acabas la película con ganas o de follar o de morirte.

Sin embargo, para un público más exquisito, o quizá más intelectual, la película carece de fondo, y usa un tema grande, importante, para ganar público (lo que se llama, en lenguaje diario, hacer demagogia). Ese es en el fondo un gran delito, que se lleva haciendo durante décadas en el frívolo Hollywood. El famoso "todo por la pasta". Sin embargo, no por ello podemos pasarlo por alto.

Por todo ello, 'Amor y Otras Drogas' está muy bien para echar el rato, pero te deja un sabor agridulce (el del Alzheimer no, que ese sólo sirve para criticar la película, sino el de los dientes largos). Una película demasiado larga para un tema que se resume fácilmente en una frase corta, con cosas que sobran que sólo te crean un vacío temporal y la sensación de que has perdido (un poco sólo) el tiempo.

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