Entrada tomada prestada de la que es hasta la fecha mi único amor. Dice así:
Resulta curioso, a la par que incomprensible en la práctica, cómo podemos encariñarnos más de las imperfecciones de las personas, que de sus virtudes y sus puntos fuertes. Las cosas que les averguenzan, las que les hacen sentir pequeños y débiles, son las cuerdecitas de una piñata que enfunda su autoestima en una bolsa muy frágil.
Y para nosotros no son sino caminos, ventanales, recovecos por los que entrar.
Y es que podemos utilizar esos sentimientos como objetivo, como ropas rotas que remendar, a fin de hacerles felices.
Y esto es en verdad difícil, pero me gustan los retos cuando no hay prisa.
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