El problema: la ambición. El ser humano tiene necesidades por todos lados. Prácticamente todo pensamiento humano acoge a una necesidad diferente. Por supuesto, tenemos muchas más que esas que se suelen llamar "primarias". Y lo malo de estas necesidades no primarias es que nunca tenemos suficiente. Si tenemos, queremos más. Por esta razón, se inventó el dinero.
No hacía falta más que tiempo para que ambas dimensiones se midiesen por el dinero. Hoy en día, el tiempo y el espacio son los productos por los que más se paga. Y es que ¿para qué quiero una videoconsola si no tengo tiempo para disfrutarla? ¿de qué me sirve una raqueta si no tengo un campo de tenis? ¿qué hago con un vuelo y una estancia en un hotel si tengo obligaciones que cumplir?
Sin embargo, el tiempo y el espacio son todo lo que la naturaleza nos ha brindado desde el principio de los tiempos. Teniendo en cuenta que se nos ha cedido desde la fuerza que rige en el mundo, ¿No es de esperar que pudiésemos disfrutar de ese bien cuanto quisiésemos?
Otra de las incongruencias de la vida. Si es que este mundo está mal hecho...
Otra de las incongruencias de la vida. Si es que este mundo está mal hecho...
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