Puede que éste no sea un lugar de muchas palabras, pero sin duda será un lugar de mucho significado.

domingo, 21 de marzo de 2010

Back to reality

Mientras dormía una mañana de jueves cualquiera veía al sol amanecer muy de cerca. Volaba por encima de las nubes, notaba el oxígeno puro refrescándome la cara y me daba una sensación de comodidad mientras me alejaba de la gran ciudad. Sonido de aviones.

Soñé que llegaba a una tierra muy parecida a la mía propia, y que allí me encontraba con mi destino. Viví cómo cruzaba maravillas, cómo éstas me brindaban mucho más de lo que esperaba en mis mejores fantasías. En mi sueño, hasta las criaturas más insignificantes jugaban un papel importante. Un grillo aportaba la dulzura, un perro la risa, y un hermoso delfín la chispa. Soñaba cómo el mar creaba un momento mágico y las estrellas fundían dos cuerpos mientras la luna miraba con ternura.

La pena irrumpió cuando el sueño estaba llegando a su fin (pues todos tienen uno). Promesas, esperanza y anhelo cubrían el sol en un desesperado abrazo. El miedo se dejó ver por unos instantes, raudo, acechante, pero pronto acabó implorando redención, pues tuvo que abandonar su cometido. Finalmente, el sueño se despedía con un majestuoso mar de lágrimas caídas del limbo en cuyo reflejo se vislumbraban la alegría y el agradecimiento por haber llegado hasta allí.

Desperté cansado, con dolores en todo el cuerpo y las piernas entumecidas. Sin embargo, no dejaba de pensar en cuándo ese sueño se volvería a repetir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario