Puede que éste no sea un lugar de muchas palabras, pero sin duda será un lugar de mucho significado.

lunes, 29 de marzo de 2010

La vida de un chicle

Hola! Me crearon para estar encerrado en una bolsa hasta que alguien me compre. La bolsita está cerrada herméticamente, para que no se escape mi aroma antes de que alguien me compre. Dentro la temperatura es buena, sin embargo, se está bastante aburrido ahí dentro. Cuando alguien me compra abren la bolsita y por fin respiro aire fresco. Me toman con las manos, y me meten en la boca, un lugar húmedo con treinta y dos crueles bloques blancos que cual guillotinas van arriba y abajo despedazando todo lo que se queda entre ellos. Un trozo de carne húmeda constantemente me empuja contra los bloques mientas, agonizante, soy machacado una y otra vez. Doy vueltas y vueltas hasta que pierdo el sentido, la piel se me deforma tras los macabros golpes, y sigo alrededor de la boca por un tiempo que para mí se hace interminable. A veces, el trozo de carne me presiona fuertemente contra los bloques blancos y una ráfaga de viento me impulsa hacia el exterior. Ahí puedo saborear la libertad, mientras me expando siento cómo puedo ser lo que quiera. Sin embargo, pronto acaba la fantasía pues la boca se cierra, y al no poder estirarme más reviento, volviendo a recogerme. Finalmente, cuando mi comprador se cansa de verme sufrir, me saca de la cámara de tortura y me arroja donde pille. A veces caigo en el suelo, donde siguen haciéndome sufrir con esos enormes pies encuerados. Si tengo suerte sencillamente voy a parar al lugar de los desperdicios, donde poco a poco voy perdiendo color hasta desintegrarme.

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